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Ciencia falsa en un mundo global

La última parte del siglo ha sido impactada por la Era de la Información, sin duda un importante progreso para la humanidad cuando ya no es necesaria una enorme biblioteca llena de libros especializados para aprender sobre un tema determinado. Todo está al alcance del pulgar: solo tomar nuestro teléfono, introducir un par de palabras clave y desplazarse hacia abajo.

Como ciudadana del mundo y joven científica, muchas veces me he encontrado leyendo noticias sobre un tema, y ​​luego, con algo de incredulidad, preguntándome ¿es esto cierto? ¿cómo estar segura? …

Desde el cambio climático, los medicamentos milagrosos, hasta las teorías de la conspiración, me he sentido golpeado por miles de bits de información proveniente de diferentes fuentes (incluyendo artículos científicos) y patrocinada orgullosamente por sus autores quienes fervientemente anuncian la veracidad de sus hallazgos.

Pero el problema se extiende más allá de una sola persona mal informada sobre un tema. La cadena de desinformación se propaga como rumores en un mundo instantáneamente conectado, afectando no solo una decisión personal, sino también la dirección de políticas públicas e inversión de recursos económicos.

Sabiendo que no podemos confiar en todo lo que leemos, surge la gran pregunta: ¿Hay alguna manera de separar la información real de las afirmaciones falsas? … Desafortunadamente, no hay una respuesta sencilla ya que el problema de la ciencia y las noticias falsas tiene diferentes motivos y muchos participantes involucrados.

Las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias

– Carl Sagan

Aprendiendo sobre ciencia falsa

Tuve la oportunidad de participar en un seminario sobre “Ciencia y ciencia falsa en capitalismo” organizado por el grupo Kritische Naturwissenschaften de la Universidad Goethe en Frankfurt. La terminología “ciencia falsa” habla por sí sola, entonces ¿qué más hay que aprender sobre el tema?

Para comprender lo que significa la ciencia falsa, debemos dedicar un tiempo a pensar en que consiste la ciencia real. El proceso de describir un fenómeno aplicando el método científico lleva tiempo, principalmente porque después de la observación y formulación de una hipótesis, esta debe ser probada y cuestionada. Solo después de la confirmación de una hipótesis y el contraste de estos resultados con el conocimiento previo sobre un tema, se puede llegar a una conclusión.

Las revistas académicas son las encargadas de difundir, en formato de artículo científico, las conclusiones alcanzadas por los autores durante la experimentación. Para afirmar la veracidad de sus aseveraciones, un manuscrito de investigación debe ser analizado por expertos que deliberarán sobre la competencia de los métodos utilizados, la idoneidad de los controles incluidos, la correlación de los resultados con las conclusiones declaradas y, en general, la congruencia del manuscrito. Solo después de este profundo análisis, las revistas académicas ponen a disposición de la comunidad la investigación … ¡o al menos así es como se supone que funciona!

Muchas cosas pueden salir mal para un manuscrito durante el riguroso proceso de escrutinio de una revista científica. Aquí es cuando las revistas académicas engañosas se unen al juego y ofrecen una alternativa de publicación rápida y sencilla. De repente, muchas (si no todas) las observaciones de un manuscrito se dejan de lado y se apresuran (después del pago de una tarifa considerable) a la publicación de un nuevo “artículo científico”. Por supuesto, los errores en la investigación no se desvanecen, solo se ha publicado un trabajo defectuoso bajo el nombre de “artículo científico” que ensucia la reputación y el prestigio de la buena ciencia.

Estos trabajos erróneos difunden afirmaciones falsas que pueden alimentar opiniones sesgadas y, en última instancia, tener un impacto negativo en la sociedad. Perder el enfoque y el control de lo que se da como certeza influye más que la individualidad de una creencia en particular, tiene un impacto global cuando consideramos temas sensibles como la vacunación o el cambio climático como pocos ejemplos. Ciertamente, una situación que debe abordarse.

 

¿Está la ciencia en el camino correcto con respecto a la publicación científica?

 

La situación de la ciencia falsa es un tema complejo porque no solo se engaña al público en general, sino que también los científicos fallan en identificar fuentes confiables. Un documental interesante (en alemán con subtítulos en inglés), cubre el amplio impacto que la ciencia falsa tiene en público vulnerable y cómo los editores académicos engañosos se benefician de científicos y no científicos, publicando ciencia basura que pasa por alto el proceso de revisión.

En un mundo donde la cantidad es más importante que la calidad, la búsqueda por convertirse en un “científico exitoso” también se ahoga en este vórtice. Los científicos jóvenes pueden ser tentados a producir artículos de investigación lo más rápido posible para obtener subvenciones, promociones y distinciones. Los científicos que caen en el trato de los editores falsos (ya sea por ignorancia o por la presión del reconocimiento) alimentan un sistema impostor que manipula y confunde al público en general.

 

¿Qué podemos hacer para enfrentar la ciencia falsa? un enfoque de múltiples responsables

 

La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimiento, sino la negativa a adquirirlo

– Karl Popper

Por un lado, la sociedad debe recuperar el sentido de calidad sobre cantidad, un manuscrito sólido y bien hecho vale más que diez manuscritos a medio hacer. Se debe orientar a los futuros científicos para evitar que se conviertan en víctimas de editores falsos y oportunistas. Además, las sociedades científicas deben ganar más espacio en el entorno social y político, superar la barrera del discurso detallado y técnico, y ser capaces de transferir conocimientos al público en general y a los responsables de las políticas públicas.

También es relevante reconocer el papel actual de las redes sociales en la difusión de información, real y falsa. Las sociedades científicas y los gobiernos deben reforzar su actividad en las redes sociales para brindar información confiable al público.

Finalmente, todo esfuerzo por reorientar la ciencia confiable es inútil si el público en general no adquiere una conciencia reflexiva y crítica basada en la evidencia y el razonamiento. Entonces, en última instancia, también es labor de una sociedad más madura y evolucionada llegar al pensamiento crítico, donde no todo lo que leemos debe ser verídico.

 

Un poco sobre mí

Soy Ecuatoriana y amante de la investigación científica. Hace dos años, comencé mi proyecto de doctorado en la Universidad Goethe de Frankfurt. Soy parte del consorcio para el estudio de la adhesión viral y bacteria (ViBrANT), una innovadora red de capacitación financiada por Marie Skłodowska-Curie actions, un Programa de la Unión Europea.

Puedes leer un poco más sobre mi tema de investigación en mi último blog.

Diana Vaca

 

 

 

 

 

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